Traductor

sábado, 30 de octubre de 2010

Y así S.Meyer enamoró al mundo...

Hola!!!

Creo que a mí me va a tocar la tarea de comentar todo lo referente a la literatura del género juvenil, fantástico y romántico.
Como iréis comprobando con el tiempo, yo no soy tan cinéfila como mis compañeros y prefiero el mundo de la literatura.
Así que para empezar esta nueva andadura, inevitablemente, empezaré  hablando sobre la exitosa saga de Stephenie Meyer, que ha triunfado tanto en todo el mundo.
¿Qué ha pasado con Crepúsculo? ¿Por qué unos libros han unido a tanta gente? ¿Por qué todos, o la gran mayoría, de los que hemos leído la saga nos hemos enganchado a la historia...?
Pues en mi humilde opinión, nada profesional, creo que hay algo "mágico" en la historia de Bella y Edward. Algo que ha conseguido calar en un público muy variado y en una juventud que probablemente, en los tiempos que corren, se mofaría de una pareja que se comportase como los protagonistas.
No obstante, ese ideal de una amor tan profundo, tan idílico y tan espiritual ( que sobretodo se manifiesta en el personaje de Edward) nos sigue encandilando y es capaz de "transportarnos" a esos tiempos, algo pasados, en los que el amor se vivía de una forma diferente ( y quizá más bonita.)
Por otra parte, aunque esto no es tan extraño en la literatura romántica, nos encontramos con ese muro que separa a los dos protagonista. Esa terrible realidad del peligro que corre Bella junto a Edward y del sacrificio que él hace por mantenerla a su lado ( el vampiro y la humana).
Si lo analizamos todo con algo de objetividad, nos encontramos ante una relación bastante tortuosa y algo masoquista, pero que acabamos aceptando como real y maravillosa. Es como si nos convenciésemos de que para amar hay que sufrir (cosa que por otra parte es bastante cierta).
Bella se enfrenta a una decisión que probablemente los lectores nunca tengamos que tomar ( a menos que conozcáis a algún vampiro), pero que sí podría compararse con algún momento crucial de la vida de un lector. Y es que... aunque no sea la decisión de morir voluntariamente para alcanzar la inmortalidad (dejemos a parte debates religiosos y centrémonos literalmente en la historia), seguro que todos alguna vez hemos tomado alguna gran decisión en nuestra vida.
No sé si habré conseguido explicar lo que quería pero... es sencillamente fantástico pensar que la autora haya conseguido arrastrar a tanta gente diferente, y que haya conseguido que exista una interactuación entre los personajes y el lector que los "funde a ambos".
Y es que... ¿qué mujer no querría ser un poco Bella y tener a alguien que la amase con la misma devoción con que lo hace Edward? y... ¿qué hombre no querría ser un poco como Edward y hacer sentir a una mujer lo que él hace sentir a Bella?
En cuanto a las críticas algo groseras y ordinarias que la escritora, la saga y sus seguidores hemos sufrido, tanto de "entendid@s" como de gente que simplemente odia la historia, debo decir que no estoy nada conforme. No obstante, me dirigiré sólo a los señor@s critíc@s que se dedican a ello de forma profesional planteándoles algunas cuestiones como: ¿No somos el público, a fin de cuentas, los que elegimos leer lo que nos gusta? ¿No es importante, más que la forma, qué una historia llene y consiga aunar y emocionar a tanta diversidad de personas...?¿Creo que las cifras de ventas hablan por sí solas, no?
Sé que su trabajo es criticar pero... quizá, y siempre según mi humilde opinión, deberían plantearse como hacer públicas muchas de sus opiniones, porque en ocasiones son bastante desacertadas. En cuanto a la saga Crepúsculo, en particular, deberían darse cuenta de lo que ha conseguido... ¿se han puesto a pensarlo seriamente? Porque hay mucha gente que hasta que no ha dado con estos libros no había leído mucho más que lo obligado en el colegio y a raíz de estas historias se han enganchado a este tipo de literatura, que no creo que sea de segunda, aunque parece ser que para much@s sí.
Sé que con esta exposición puedo parecer una ferviente admiradora de la saga, y no negaré que sí, que es verdad que caí en las "redes" de esta exitosa historia (aún cuando no había tanto revuelo en torno a ella). Pero... ¿saben qué? No estoy loca ni soy una adolescente con las hormonas revolucionadas (como muchos de ustedes han dicho). Vivo en la vida real, tengo más de treinta años y tengo problemas como todo el mundo; pero fue genial abstraerse de todo eso y sumergirse en el mundo de los Cullen y de Forks, mientras leí los libros.
Hay quienes preferimos historias que nos desconecten un poco del día a día ( y no por eso se nos puede criticar tan duramente).
Acepto que la saga no guste a mucha gente pero no por ello descalifico a esas personas. A mí, por ejemplo, tampoco me gusta el motociclismo pero admiro a la gente que sigue ese deporte con tanto entusiasmo y no me veo con autoridad para criticarlos.

Creo que para ser la primera entrada es bastante extensa, así que voy a dejarlo aquí, aunque antes me gustaría planteaos una pregunta sobre la saga que hoy nos ha ocupado:
¿Cuál es vuestro libro preferido?

Espero vuestros comentarios y también vuestras críticas ( que espero que sean educadas e instructivas).

Un saludo a todos,




1 comentario:

^^Helen^^ dijo...

Yo creo que hay que diferenciar, y hay que criticar siempre teniendo en cuenta dónde se enmarca el libro o la película en que nos vayamos a sumergir. Por ejemplo: si vas al cine a ver "MAchete", debes saber en qué género se inscribe para poder apreciarla. Si cae en mis manos "Crepúsculo", sé que es ficcion romántica juvenil, sé que no voy a leerme un pulitzer ni un planeta ( a pesar de que los planeta me resulten sumamente aburridos ). Así que a mi la saga me encantó, porque en el fondo todas tenemos a esa quinceañera dentro deseando soñar con nuestro edward particular, y me ofreció justo lo que necesitaba al leerla, una evasión, un sueño, una ficción imposible que me devolviera a la adolescencia más pubertinosa!
En resumen, que estoy de acuerdo con Cyllan, y que los críticos deben tener siempre en cuenta en que géneros se van a introducir para poder objetivizar sus opiniones al máximo.